Siguenos en Facebook  Síguenos en Twitter  Siguenos en YouTube  Siguenos en Blogger  Siguenos en por RSS

viernes, 24 de marzo de 2023

"Memento Mori", el obituario sonoro de DEPECHE MODE


DEPECHE MODE desde el Playing the Angel (2005) habían lanzado 3 álbumes a cual más prescindibles con sus correspondientes giras mundiales, además de publicación de cajas recopilatorias de singles, remixes, reediciones etc. Parece que lo que se pretende sin ningún pudor es mullir bien la vaca mientras haya fans con poder adquisitivo suficiente como para gastarse la pasta con todo lo que huela a la banda de Basildon.

Tras el duro golpe del fallecimiento de Andy Fletcher en mayo del año pasado se llegó a especular sobre la continuidad de la banda. Si además sumamos que los otros dos miembros fundadores, Dave Gahan y Martin L. Gore, ya entraron en la sesentena y que tienen proyectos activos a parte del grupo, no era descabellado que flotara en el ambiente el posible fin del mismo. Pues por el momento hoy, tras 6 años de su anterior referencia, ve la luz el decimoquinto álbum de Depeche, Memento Mori (Columbia Records, 2023).


Los avances del disco eran ilusionantes con la pegada del medio tiempo electrónico "Ghosts Again" (videoclip insertado a pie de página) y la crudeza arrebatadora de "My Cosmos is Mine". 

Llegado el día me dispongo a degustar, como crítico impostor y en este caso también devoto de siempre de los británicos, del resto del trabajo ya publicado. La primera impresión ha sido de incredulidad, luego me ha ido acompañando un sentimiento de tristeza ante una nueva oportunidad perdida, para acabar en simple resignación. He de reconocer que la primera escucha penaliza. Como sentencia se confirma que de inspiración les queda la justa como para esquivar la autocaricatura.

Ni el fichaje de la ingeniera italiana Marta Salogni para echar una mano al productor James Ford, que también lo fuera del Spirit (2017), ni la incorporación del cantante de los THE PSYCHEDELIC FURS Richard Butler para componer mano a mano algunos de los temas de Martin, ha sido suficiente para cambiar la dinámica negativa de esta última época de DEPECHE MODE. 

Salvo de la quema, además de los dos cortes mencionados anteriormente; el ligero kautrock de "Wagging Tongue"; la desgarradoramente hermosa "Don't Say You Love Me", mi favorita aunque parezca salida de una nueva colaboración de Dave con los SOULSAVERS; "Soul With Me", ese conato de canción ligera disfrazada de balada marca de la casa interpretada por Mr. Gore; y la tan sentimental como desarmante "Always You", con unos mantos de sintetizadores que parecen ejercer de perfecto edredón bajo el cual dar rienda suelta a la pasión.

Sin tapujos, sobran como mínimo dos canciones, así el empaque perdería menos fuelle. Hubiera descartado la instrascendete "Caroline's Monkey" y su infumable estribillo con un <<sometimes>> para culminarlo que me evoca al del "Clean" de Violator (1990). También la frankestein "People Are Good", pese al sugestivo riff de sintes, parece como hecha de retales con loops célebres de la banda, empezando dichas reminiscencias por su título, con resultado global excesivamente aséptico.

Del resto de las pistas que componen Memento Mori hay algo común en mínimo tres casos y es que teniendo un potencial especial no llegan a explotar, algo así como unos preliminares animosos que acaben en absoluto gatillazo. Hablo de "My Favourite Stranger", "Before We Drown" y "Never Let Me Go". La primera demandando desesperadamente un estribillo que le ponga el lazo de regalo. A la segunda le falta un extra de riesgo y aventura ¿Por dónde andas, Alan Wilder? En el tercer caso el puente tras la primera aparición del estribillo deja malherido a un corte que apuntava maneras.

jueves, 16 de marzo de 2023

GRAUWI + MARTA CASCALES - “Contradictions” (EP Great Canyon, 2023)


¿Qué nos podemos encontrar en Contradictions (Great Canyon, 2023), el debut discográfico como dueto de GRAUWI + MARTA CASCALES? Ante todo belleza, aquella que emana del talento pero sobre todo de la sensibilidad y compenetración, de las que van sobradas las barcelonesas Carla Gimenocantante del grupo indie-rock The Crab Apples, y Marta Cascales Alimbau, pianista neo-clásica con gran proyección internacional que ha publicado sus trabajos en la discográfica neoyorquina Sonder House.

Se conocieron durante un evento en 2019 y desde entonces su conexión ha ido progresando hasta llegar al punto de tener 6 canciones compuestas conjuntamente y poder plasmarlas en un Mini-LP. Dani Ferrer (Zahara, Love Of Lesbian) ha colaborado en la producción inyectando pinceladas de electrónica y atmósferas varias, poniéndole el lazo de regalo a un exquisito trabajo.

"Anxiety" arranca Contradictions de manera tan desgarradora como delicada. Se relata un estado de "ansiedad" con honesta crudeza aunque el binomio guitarra/piano resuene lo suficientemente delicado como para transformar la escucha en balsámica.

Foto de Carla Cascales

La canción que da título al álbum despliega miedos y preocupaciones pero también resiliencia, serían esas "Contradictions" de la vida. Nos aguarda una luz potente al final del túnel que bien podrían emerger de las notas del piano de Marta que nos acompañan durante el último minuto del tema. Puedes encontrar su videoclip a pie de página.
  
Seguimos transitando en la misma línia con "The moon, your skin". Hay dolor pero: <<And though this has been what i‘ve done before, today i‘d like to feel for a change, i‘d like to / Y aunque esto ha sido lo que he hecho antes, hoy me gustaría sentir un cambio, me gustaría absorberlo todo y permitirme soñar>>. El violín y violonchelo ponen la guinda a otro exquisito corte. Hay momentos del álbum de tal intensidad emotiva que demandan un esfuerzo supremo de contención del lagrimal. No resistirse sería la mejor opción, incluso terapéutico.

"This song will never be enough" nos da un medio respiro aunque GRAUWI + MARTA CASCALES no cejan en el empeño de conmovernos. Cuando no es con la voz de Carla, lo es con la elegancia al piano de Marta o ambos pilares del proyecto al unísono, lo más recurrente en este Contradictions.

miércoles, 15 de marzo de 2023

DEPECHE MODE, 30 años del demoledor "Songs of Faith and Devotion"

 

El año 1992 fue un año grande para España con acontecimientos de alto calado internacional como las Olimpiadas de Barcelona o la Exposición Universal de Sevilla. Madrid también tenía que albergar su efeméride aunque fuera, digamos, de naturaleza más alternativa.

Martin L. Gore (sintes y guitarra) , Dave Gahan (voz), Alan Wilder (sintes y programación) y Andy Fletcher (sintes), los DEPECHE MODE, tenían un método de trabajo muy claro para la elaboración de cada nuevo álbum: Martin pasaba sus maquetas al resto de componentes que consensuaban las canciones que más les gustaban y a partir de allí se vería como desarrollarlas en el estudio. En el 92 para la gestación de su nuevo disco adoptaron la forma de trabajar que el productor Flood había aplicado con los U2 para el esplendoroso Achtung Baby (1991). La cosa iba de encontrar un lugar apartado para convivir en familia a la par que ir grabando el disco. Se decidió que la capital hispana sería el mejor lugar, montando un estudio desde cero en un chalet de la exclusiva urbanización de La Moraleja.

La gira World Violation, en el que los de Basildon presentaban en directo su exitoso Violator (1990), duró desde el 22/03/90 hasta el 27/11 del mismo año. Desde entonces el cuarteto no se había vuelto a ver, ni prácticamente tener contacto telefónico hasta febrero de 1992 que se reencontraron en un bar de Londres junto a Flood, un día antes de partir hacia la capital española. El frontman Dave había estado de picos pardos en Los Angeles y venía escuálido, con el pelo largo y perilla, repleto de tatuajes, adicto a la heroína y al grunge y rock alternativo de gente como Nirvana o Jane's Adiction. Parecían cuatro desconocidos, la camaradería y buen rollo de antaño se había esfumado y la cosa no iba a ir a mejor. 


Hay muchos ejemplos en la historia de la música de trabajos que han tenido un proceso de grabación espinoso y que finalmente han resultado gloriosos como el Rumours de Fleetwood Mac, el The Wall de Pink Floyd o el Let it Be de The Beatles. Pues bien, el Songs of Faith and Devotion (Mute Records, 1993) les iría a la zaga en un supuesto ranking de gestación "complicada" de discos.

Las tensiones empezaron por el tema estilístico. Dave venía con el antojo de una evolución de los Depeche hacia terrenos más roqueros, aunque nadie más en la banda compartiera su enfoque. Alan era el que menos reticencias ponía al tema ya que tenía el run run de dar un toque más orgánico al empaque, como con la incorporación de la batería convencional. Martin y Fletcher se negaban en redondo, aunque en Violator haya un "Personal Jesus" que quizás dejaba entrever esa inminente tendencia hacia sonidos más viscerales. Como productor e individuo neutral el único que podía poner orden era Flood y eso que apunto estuvo de abandonar el proyecto al verse sobrepasado por las circunstancias.

La responsabilidad tras un disco tan relevante como Violator era máxima, sobre todo para Martin, compositor de todos los temas por entonces, lo que le iba desgastando física y mentalmente, empezando en Madrid a crear amistad con al alcohol para ir sobrellevándolo. Dave, que seguía enganchado al caballo, cuando no desaparecía varios días se pasaba horas encerrado en su habitación, pintando con su rollo místico/lisérgico, para colaborar haciendo las voces en el crepúsculo de la jornada. Alan estaba entre absorto en el trabajo y hasta los huevos del ambiente reinante. Como remate final el binomio Gore (creador) y Wilder (culminador), la engrasada maquinaria que manufacturaba los hits de la banda, gozaban de una comunicación prácticamente inexistente.


Quizás fuera el cúmulo de dificultades lo que les agudizó el ingenio hasta tal punto de ser capaces de lanzar el 22 de marzo de 1993 el rompedor Songs of Faih and Devotion. Un álbum que les posicionó para la eternidad como referentes del rock electrónico y que arranca con el poderío salvaje de "I Feel You" y su riff de guitarra blusera dándose de ostias con una apabullante electrónica. La batería no pone paz sino que echa más leña a este fuego de intensidad sonora que fuera single avance del álbum.

La intensa "Walking in My Shoes", siendo fiel al orden de aparición en el disco, fue también segundo single del mismo. Se pide un poco de comprensión, "ponte en mi lugar", en una letra, como en otros pasajes del álbum, que parece estar inspirada en el momento vital de Mr. Gahan. Ese riff de piano distorsionado, una cadenciosa base de percusión inyectando poso bailable al tema, la guitarra eléctrica que, tanto vomita cuchillas como nos emociona con su embriagador ocaso, los sutiles arreglos sinfónicos... En fin, una barbaridad de corte y llevamos dos de dos.  

"Condemnation" es una de las pistas más sorprendentes del conjunto con esa inesperada deriva hacia el gospel del cuarteto. Se dice que Dave alcanzó su cúspide interpretativa vocal y no puedo estar más de acuerdo. En el videoclip, insertado a pie de página junto a los de los otros tres singles, se le presenta a modo de mesías lo que, junto a su sonoridad, agranda si cabe la aureola espiritual que desprende el álbum. Tercer tema del disco e idéntica posición en su lanzamiento como sencillo. 

En "Mercy in You" se pide prácticamente la absolución de nuestros pecados al ritmo de un loop trip-hopero acelerado como base, junto al procesado armónico de los coros, como si de otro instrumento se tratase, y un tan afilado como fantasmal riff guitarrero. La santísima trinidad sobre la que se cimienta otro acierto del cuartero británico.

Un invitado sorpresa entra en escena en forma de gaita irlandesa con "Judas". Corte desarmante donde los hubiera en el que Martin nos depura definitivamente no sin dejarnos con un regusto inquietante a través de su lúgubre cierre instrumental.

"In Your Room", cuarto single del álbum, deslumbra desde la monumental intro, acompañándonos con su épica hacia el abismo. Supurando desesperación por sus seis minutos y medio de duración, quizás la acumulada en la reciente mala relación entre los componentes de la banda. Hacia el ecuador del tema la sentenciadora batería, a modo de ángel exterminador, intensifica más si cabe su poderío hipnótico, viciando hasta el extremo la asfixiante atmósfera reinante.

Un balsámico gospel entra en escena a través de "Get Right With Me", obsequiándonos con un abrazo más que necesario en este punto de escucha. Dave Gahan junto a las coristas Bazil Meade, Hildia Campbell y Samantha Smith nos deleitan con sus vozarrones vistiendo una sugestiva base electrónica en el corte más "amable" del conjunto. Las dos últimas se unieron al grupo en la gira del álbum.

En la trepidante "Rush" si parpadeas te lo pierdes, con esa barroca producción armada de riffs guitarreros procesados, loops de sintes y batería desbocada. Por si fuera poco asistimos a una sugerente pausa rondando el segundo minuto, para poder coger aire y seguir con esa temeraria travesía de lujuria y deseo cuesta abajo hasta el final.

La nota minimalista del álbum la pone "One Caress", con la voz de Martin secundando un séquito de violines a modo de canto de sirena que nos tiente hacia el precipicio.

"Higher Love" era la canción que abría los conciertos de la gira del álbum, el Devotional Tour. Al halo que desprende, entre etéreo y misterioso, se le añadía que la banda empezaba cada noche agazapada tras unas traslúcidas cortinas. Todo bien dispuesto para hacernos testigos de un espectáculo descomunal, en todos los sentidos. Doy fe al ser una de las afortunadas almas que llenamos el 17 de julio de 1993 el Palau Sant Jordi de Barcelona .

lunes, 6 de marzo de 2023

DAVID BOWIE, 10 años del "The Next Day" (Columbia Records, 2013)


El 8 de enero de 2013 para celebrar su 66 cumpleaños DAVID BOWIE resucita, tras diez años de silencio desde el Reality (2003), con el lanzamiento del single "Where Are We Now?" y anuncio de nuevo álbum, The Next Day. Tras el infarto que padeciera el 25 de junio de 2004 al finalizar un concierto en Scheesel (Alemania), el británico apenas había dado muestras de existencia y menos aún de actividad artística por lo que su reaparición se acogió con gran entusiasmo. No había para menos y la verdad es que el vigésimo cuarto álbum del artista, más aún viéndolo desde la distancia, resultó un retorno esplendoroso.

El álbum fue grabado en secreto en Nueva York desde 2010 a 2012 y producido por Tony Visconti, quien había trabajado anteriormente con Bowie en trabajos como The Man Who Sold the World (1970), Heroes (1977) o Scary Monsters (1980), entre otros.

La portada del álbum, con la versión digamos "censurada" de la del "Heroes" de 1977, delata ya de inicio ese regusto melancólico que, de manera más o menos intencionada, va derramando su escucha. Y eso que su título debería indicar lo contrario, un "el día siguiente" que más parece una declaración de intenciones que una realidad asumida. 


El disco se lanzó oficialmente el 8 de marzo de 2013 y se abre con el garajero tema titular, una mezcla entre canción de empoderamiento con auto-reivindicación incluida y crítica voraz a la iglesia aderezado todo con un provocador videoclip no apto para beatos ni aprensivos. Precisamente el bar de copas dónde se ubica la acción podría ser escenario perfecto para "Dirty Boys", una especie de sucio blues exhalando neblina tabaquera de antro por un tubo, sobre todo durante su estrofa. En el estribillo el binomio saxo y guitarra se destensan un pelín aunque sin desprenderse del todo de su halo depresivo.

"The Stars (Are Out Tonight)" fue el segundo sencillo de The Next Day y mi canción favorita del conjunto. Una barbaridad, con esa línea de bajo cadenciosa, orquestación sutil pero determinante y desafiantes guitarras disparando riffs a diestro y siniestro. Una crítica al famoseo y lo que le rodea con otro videoclip para el recuerdo, lo puedes degustar a pie de página junto a los de los otros sencillos del disco ordenados cronológicamente respecto a sus lanzamientos. 

La letra de "Love is Lost" delata que Bowie se enfrenta a la vejez con una  mezcla entre resignación y espíritu de lucha ante los problemas de salud que venía arrastrando y los que desgraciadamente habrían de llegar en breve: <<Say goodbye to the thrills of life. Where love was good, no love was bad. Wave goodbye to the life without pain / Dile adiós a las emociones de la vida. Donde el amor era bueno, ningún amor era malo. Despídete de la vida sin dolor>>. La intervención del órgano vistiendo su machacón ritmo es de traca. La pista se presentó como quinto single con una deslumbrante versión de James Murphy (LCD Soundsystem), puedes disfrutarla junto a todos los videoclips oficiales que generó este discazo a pie de página.

"Where Are We Now?", la que fuera single presentación del disco, evoca un nostálgico paseo por las calles del Berlín que paseara DAVID BOWIE entre 1976 y 1978. La primera balada del álbum, emotiva, lánguida hasta que en su parte final remonta con ese redoble de batería junto al balsámico solo de guitarra a modo de luz esperanzadora. 


El 14 de febrero de 1929 tuvo lugar lo que se conoce como La Matanza de San Valentín, una  masacre ordenada al parecer por Al Capone. Este podría ser el punto de partida de "Valentine's Day", el que fuera cuarto single de The Next Day, sirviéndole para criticar el uso abusivo y descontrolado de las armas que originan continuas desgracias, como el tiroteo en la escuela que parece protagonizar Valentine en el corte. Estamos ante la canción más comercial del disco y a la vez la más bipolar, al chocar de frente la sombría temática con sus encantadoras notas.        

La poderosa "If You Can See Me" es la pista más experimental del conjunto, descendiente directo del legado noventero de Bowie. Batería desmelenada, guitarras punzantes, bajo hiriente, sintes sentenciadores, una evolución sin frenos que te dejará entre exhausta y complacida.

La neopsicodelia guitarrera hace su aparición con "I'd Rather Be High" con esa guinda en forma de redoble militar de tambor a la vez que el artista vuelve a cuestionarse la mortalidad: <<I'd rather be flying. I’d rather be dead or out of my head / Preferiría estar volando. Preferiría estar muerto o fuera de mi cabeza>>.

El saxo barítono vuelve por sus fueros con el medio tiempo "Boss of Me". En su ecuador aparece un break salvador que nos deja ver, aunque sea momentáneamente, a través de la bruma que envuelve el corte. Mientras, si cruzaras el "Lust For Life" de Iggy Pop con el "Modern Love" posiblemente te saldría algo muy similar a la trotona "Dancing Out in Space", devolviéndonos a la época 80's de Bowie. En la que seguimos instalados con "How Does the Grass Grow?" y unos sintes lapidarios junto a una revoltosa guitarra eléctrica haciendo de las suyas y algo de doo-wop presentando el estribillo como remate final de un corte inspirado en la Primera Guerra Mundial.

Un riff  guitarrero hard-rock presenta la exaltada "(You Will) Set the World on Fire", la misma guitarra que irá un paso más allá con un solo pasado el segundo minuto, por si no tuviéramos claro su afán de protagonismo en este tema.

sábado, 25 de febrero de 2023

TIGRES LEONES - "Todo Va Bien" (Sonido Muchacho, 2023)


Javier Marzal (voz, guitarras), Paco Ramírez (batería y coros), Miguel López Breñas (bajo), Luismi Pérez (guitarra eléctrica y teclados) son TIGRES LEONES y vienen con cuarto álbum de estudio bajo el brazo, "Todo Va Bien" (Sonido Muchacho, 2023).

Un disco con nueve canciones, siete de ellas con colaboraciones destacadas, mostrando desde su imponente portada, obra de Beatriz Lobo, la aplastante ironía, prácticamente conceptual, que contiene el trabajo. Pop-rock bañado de sarcasmo, elegancia, poderío y sugestión. Nada más y nada menos son los lados de una misma moneda, la que da forma al  nuevo trabajo del combo madrileño. 
 
Todo va bien arranca con "Creo que empiezo a ver la luz" (videoclip a pie de página), el inmediato primero de sus singles avances. Un grueso bajo nos abre la puerta para que los cegadores sintes, junto a rasgueos guitarreros y batería percutora, nos acaben de hacer de cicerones perfectos para una apoteósica entrada al disco. El deje ye-ye en el estribillo juguetea con un latente músculo que va intermitentemente mostrando su poderío de guitarras en un corte altamente adictivo.


La placidez invade la escucha con "Vuelvo al mar", un delicioso medio tiempo con regusto añejo en el que, cerrando los ojos, podrás percibir el olor a salitre y el sol en las mejillas.
 
La afligida "Proserpina", con Marta Movidas a los coros, resultaría completamente depresiva si no fuera por el alto empaque pop que contiene. Mientras todo se desmorona sus notas provocarán unos buenos brincos cuando la toquen en directo, con unos sugestivos sintes que al final se adueñarán del cotarro. Bendita contradicción, grandes TIGRES LEONES.

"No lo digo por ti" junto a Caliza sería "la balada" del disco o al menos lo que más se le pareciera, eso sí, al particular estilo de la banda. Algo así como un épico mea culpa ante la devastación del planeta a la que vamos asistiendo por etapas. El subidón guitarrero en su último tercio es de traca.
 
Tulsa colabora en la resplandeciente "A banda", el que fuera segundo de los singles adelantos del disco. Un encantador corte con toquecito de música beat sesentero incluido que te invita al carpe díem mientras disfrutas de sus estimulantes notas.

domingo, 19 de febrero de 2023

dani - "Posdata" (El Volcán Música, 2023)


Retoña de Rosa Costas y Silvino Díaz de Aerolíneas Federales, para Daniela Díaz Costas lo de la música algo genético debe ser. La viguesa presenta segundo álbum con Posdata (El Volcán Música, 2023). Si en su primer trabajo el hilo argumental era el vaivén sensorial que lleva consigo el paso de la adolescencia a la vida adulta, ahora nos encontramos a una dani aterrizada en Madrid desde septiembre de 2020, liberando las emociones experimentadas durante estos últimos tiempos en la capital.

Un disco plagado de honestidad que gotea desamor, con un marcado aire melancólico pero sin perderle la vista a la ilusión, vestido de un pop que abraza texturas electrónicas, transpirando elegancia e incluso por momentos demandando pista de baile.

Foto de Silvia Coca

"No te voy a mentir" arranca Posdata con un cadencioso y exquisito medio tiempo que ejerce a las mil maravillas de intro para ingresar en el momento vital de transformación de la artista a partir de su cambio de domicilio. Le sigue "Ceras rosas", uno de los avances del álbum, pelotazo inmediato y agridulce como ella sola, para bailarla con lágrimas en los ojos entre frases como: <<Entierro miedos con ceras rosas, estoy rota. Grito fuerte pero por dentro, curo heridas entre lamentos, estoy sola>>. Aún con estas tras la escucha se te queda una media sonrisa en el jeto, es el efecto dani.

¿Te apetece una pizca de refinado house? El que rezuma "Códigos", ya avisamos que Posdata era propenso al contorneo de caderas, aunque como en este caso, sea sin estridencias ni subidones. Mientras, llegamos al otro claro hit del conjunto, "Nubes" (videoclip insertado a pie de página). Con esos luminosos sintes ochenteros y una evolución in crescendo ejerciendo de rotura de cadenas cuando llega aquello de: <<Que no puedo esperar a que llegue mañana, mandarte a la mierda y hacer esta vez lo que me de la gana. Me cansé y ahora te digo que yo no puedo esperar, ya no puedo aguantar. Que te jodan>>.
 
"Una vez y nunca más" es una de las muestras de que dani esta abierta a la experimentación mediante el coqueteo con nuevas atmósferas y tempos electrónicos. El resultado es un tema con tantos recovecos como estímulos placenteros.

La desgarradora "Usar y tirar" es una maravilla, con esa lánguida guitarra a modo de paño de lágrimas mientras su desarrollo te invita a bailar la amargura. Permanecemos en zona de alta radiación emocional con la preciosista "Una semana" y otra vez las seis cuerdas sintiéndose protagonistas, esta vez más si cabe, en la que podríamos denominar "la balada" del disco.

Foto de Silvia Coca

"Me da igual" fue el primer anticipo del disco, lanzado en el ya lejano junio del 2021 podía representar la transformación que conllevaba el segundo larga duración de la gallega que justamente se estaba gestando. Quizás sea la canción más sombría de lo que lleva de carrera, con esos densos y altamente estimulantes sintes envolviendo otro corte espléndido.

jueves, 9 de febrero de 2023

IGGY and THE STOOGES, 50 años del "Raw Power" (1973)


El 27 de enero de 1973 se firmaron los Acuerdos de Paz de París con los que se estableció el fin de La Guerra de Vietnam. Un momento histórico que nos sirve para contextualizar el motivo de estas líneas. El 7 de febrero del mismo año vio la luz Raw Power, tercer álbum de IGGY and THE STOOGES, 34 minutos que modelaron el rock retorciéndolo hasta un salvajismo que cimentaría la aparición del punk.

THE STOOGES venían dando zarpazos desde finales de los sesenta con dos discos en la saca, The Stooges (1969) y Fun house (1970), originando leve repercusión mediática pese a lo estimulante y a la postre influyente de su propuesta. Quizás fueran unos incomprendidos, unos avanzados a su tiempo, su discográfica Elektra no les tenía demasiado en cuenta, los conciertos eran demasiado incendiarios, el alcoholismo y la heroína los iba devorando, o todo a la vez. 

En 1971 sin discográfica y hasta las trancas de heroína el futuro musical de IGGY POP no pintaba demasiado bien. Fue entonces cuando David Bowie, ejerciendo de buen samaritano, lo convocó a una reunión en un bar de Nueva York de donde salió la propuesta de grabar un álbum en Londres, entrar en la agencia MainMan Management, de la que era cliente aventajado Bowie, y la oportunidad de que su discográfica Columbia Records lo fichase. A tal efecto Iggy reclutó al último guitarrista de los de Detroit James Williamson y más tarde recuperó a sus antiguos compañeros de banda, Ron (guitarra) y Scott Asheton (batería), miembros fundadores de la misma, para acabar de dar empaque rítmico a su primer trabajo en solitario. Una vez todos juntos de nuevo y Ron renunciando a la guitarra eléctrica para conformarse con el bajo, quedaron de acuerdo en que el nuevo disco tenía que publicarse con la firma IGGY and THE STOOGES.


Raw Power es una explosiva combinación de punk-rock, garage y hard-rock, dándose de ostias con los estilos reinantes en aquella época: el folk y el rock sinfónico. 

La portada del álbum muestra a IGGY POP agarrado al micro, sudoroso, en posición desafiante, puro reflejo del sonido crudo e intenso que se encontramos en su interior. Precisamente su "sonido" fue uno de las cuestiones que incluso aún se discuten hoy en día. La mezcla final fue a cargo de Bowie por imperativo legal del management. En 1997 la discográfica encomendó a Pop que remezclara el trabajo, éste siempre había manifestado que la del Duque Blanco ahogaba la base rítmica, restándole crudeza al Raw Power.

El álbum arranca con "Search and Destroy", una de las canciones más recordadas de la carrera de la banda. Todo un himno punk-rock, abrasiva como el napalm que se menciona en su lírica, salpicada, como en otros momentos del trabajo, de los horrores de La Guerra de Vietnam.

"Gimme Danger" es la primera de las supuestas baladas que les exigiera Columbia Records para poder publicar su nuevo trabajo. Digo lo de "supuestas" porque Iggy y los suyos de eso no entendían, su fuerte era la brutalidad, por lo que les salió lo que les salió. Es como un pura sangre preso de la silla de montar y estribos a punto de despojarse en cualquier momento de sus ataduras parar empezar a galopar libre por la pradera.   

Si hay otro momento realmente de "fuerza bruta" en el disco éste es "Your Pretty Face is Going to Hell", uno de los cortes más feroces del conjunto con esas guitarras desbocadas, machacona batería y La Iguana con la voz más desgarrada de su carrera.

La cara A del L.P. se cierra con la sugestiva y alucinógena "Penetration" y ese adictivo riff blusero de guitarra ejerciendo de juguete sexual con el que acompañar la consumación de la atmósfera lasciva que transmite.   

"Raw Power" es pura locura, con un piano percutor, por momentos parece que IGGY POP se hubiera travestido de Jerry Lee Lewis. Las hirientes e hipnóticas guitarras acaban de modelar su aureola lisérgica.

lunes, 6 de febrero de 2023

SECOND - “Flores Imposibles” (autoeditado, 2022)

Puede que a estas alturas sorprenda esta reseña y haya quien piense que escribir sobre un disco que se publicó hace más de cuatro meses no tiene mucho sentido. En este mundo nuestro donde la inmediatez está cada vez más presente y lo que importa es ser los primeros, donde devoramos con avidez las novedades y con la misma rapidez las desechamos, puede que así sea.

Nosotros, evidentemente, no pensamos igual por varios motivos. El primero de ellos, nunca es tarde si el disco es bueno, y éste lo es. El segundo es que Second es el nexo de unión de las personas que fundamos y/o formamos parte de Música Crónica. El germen fue la devoción que sentimos por la música en general, y por la de la banda murciana en particular. Durante los diez años de vida que acabamos de cumplir en enero, hemos reseñado con mucho amor cada uno de los discos que han publicado y Flores Imposibles, su noveno trabajo de estudio, no podía ser una excepción.

He de decir que la felicidad, la ilusión y el entusiasmo por su publicación quedaron envueltas en un halo de tristeza y desconcierto cuando, 9 días después de ver la luz, la banda anunciaba su disolución. Aún cuesta creerlo; personalmente, imposible asimilarlo.

Pero este disco, como toda su música, no tiene una fecha de caducidad, permanecerá y nos acompañará siempre, y merece una disección desde nuestro particular punto de vista.

Tal y como nos contaban en la nota de prensa distribuida en su día, es el ejemplo perfecto de que se puede disfrutar del camino y llegar a buen puerto. Un viaje sonoro y sentimental, un prodigio de artesanía musical de otro tiempo, uno en el que los discos eran mucho más que una colección de canciones. Flores Imposibles son nueve episodios de una historia que demuestran el magnífico estado de forma y madurez de una banda tan exquisita como imprescindible para entender la escena del rock independiente nacional de los últimos 25 años. 

Un álbum que fue producido por Manuel Cabezalí (Havalina) y Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly), grabado en El Lado Izquierdo, con Dany Richter en el sonido y mástering. Un disco en el que Second, junto a sus productores, han cuidado cada detalle siempre con la máxima presente de ‘menos es más’, pero imprimiéndole un sonido sólido e inconfundible. Junto a los cuatro componentes (Nando Robles, Sean Frutos, Fran y Jorge Guirao), han formado parte de la grabación David Lozano y Cabezalí en las guitarras, y Ricardo Ruiz, Madbel y Víctor Cabezuelo en los teclados. Los coros y las segundas voces han sido diseñadas y dirigidas por Maryan Frutos (Kuve), en los que ha participado junto con Manuel Cabezalí. El arte del disco ha corrido a cargo de Emilio Lorente que ha terminado de envolver bellamente un producto tan delicado como poderoso.

Flores imposibles es un trabajo para ser escuchado con calma, saborearlo sin prisas e ir descubriendo un álbum compacto, equilibrado y sin fisuras, donde todo encaja a la perfección, que se abre y expande con las escuchas, y es extraordinariamente rico en matices y arreglos. Capas y capas de puro deleite. Elegante, poderoso y contundente en la música, delicado y armónico en sus melodías, brutalmente honesto y maduro en sus letras, sin que ello les reste un ápice de lirismo. Guitarras siempre poderosas, ya sean afiladas o arpegiadas. Baterías potentes y acertadas, ya sea acompañando o tomando el papel protagonista. Teclados con mucha más presencia que en discos anteriores, pero diferentes, más sutiles, más integrados, rozando la psicodelia en ocasiones. Las líneas de bajo de Nando Robles sostienen, cohesionan y encumbran con maestría cada una de las composiciones. Y la voz personal e inconfundible de Sean Frutos, dando alma y vida a cada una de las canciones.

No es un disco donde rebose la alegría, eso es así. Es reflexivo, introspectivo y consecuente con la etapa y las circunstancias que han vivido estos últimos años, pero no está exento de esperanza. La canción que abre el álbum, de título homónimo, es un ejemplo de ello. La luz abriéndose paso en la oscuridad, “Flores imposibles” buscando la oportunidad de crecer a pesar de la adversidad.

La rabia y el desencanto ante la vida en general, y en particular por la situación a raíz del COVID, el golpe de realidad que supuso para todos, el parón y la crisis que afectó especialmente al mundo de la cultura, así como el inconformismo ante una sociedad cada vez más impasible e idiotizada, están presentes en las dos canciones más bailables del disco “Ya no estamos para gilipolleces” y “Muévete y Siente”, una llamada a la acción que te atrapa con su batería veloz y trepidante, guitarras afiladas y teclados psicodélicos.

“Estado de Alegre Tristeza”, es nostalgia y esperanza a la vez. Una letra triste con una melodía alegre, brillante y luminosa, que va creciendo y alcanza su cénit hacia al final. El momento “Nada es para siempre/ Rescátame pronto”, se ha convertido en uno de los más emotivos y coreados en los conciertos de esta gira. Confieso que a mí me pone un nudo en la garganta y hace que me ahogue en esas olas de las que habla mientras escribo esta reseña, y cada vez que la escucho desde que anunciaran su disolución. Aunque fue compuesta mucho antes y su letra nada tenga que ver con ella, a mí, ahora, me habla de despedida.


El amor, el deseo de amar y explorar nuevos caminos que lleven a finales felices. Sentimientos omnipresentes en sus canciones y que aquí encuentran su sitio en “Quiero equivocarme” (videoclip insertado a pie de página), con una melodía sensual que invita a dejarse llevar, o en “El contorno de tus miedos”, un medio tiempo marca Second, que va creciendo en intensidad.

Éste es un disco de medios tiempos, en los que el cuarteto son maestros, y muestra de ello son “Volver a esa paz” y “Cúrame, como siempre”, ambas con la carga emocional más intensa del álbum. La primera es un grito atormentado por el pasado y la culpa, que aúlla por encontrar el equilibrio perdido. La segunda rompe desde la primera escucha; también mira al pasado pero de forma muy diferente, una súplica desde la nostalgia traída al presente, un canto a lo que somos, a las raíces que nos sostienen, nos cuidan y de las que formamos parte.

“Los Grandes Ausentes”, la canción que cierra el disco, se mueve entre el desencanto por el tiempo perdido, imaginando futuros que no llegaron mientras se nos escapa el presente, y el aprendizaje que ello ha conllevado, una promesa de vivir el ahora y no volver jamás a ausentarnos de él.

Los mejores Second de toda su carrera han firmado un disco que, compositivamente y en la producción, roza la excelencia a todos los niveles, donde una vez más han sabido evolucionar sin perder su esencia, haciendo brillar ese talento innato e inmenso que tienen y que los ha convertido, desde hace ya mucho, en una de las bandas más importantes, sólidas e incuestionables de nuestro país.

La presentación de Flores Imposibles en salas comenzó el 21 de octubre en Granada y finaliza este sábado 11 de febrero en la Sala Apolo 1 de Barcelona, con todas las entradas agotadas, una constante en todas sus giras a lo largo de los años. En estos meses han visitado un buen puñado de ciudades, la última de ellas Madrid, el pasado 28 de enero, en el Teatro Circo Price donde grabaron el que será su último trabajo, un disco en directo y del que aun no se conocen los datos de su lanzamiento.