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lunes, 3 de noviembre de 2025

BENJAMIN DANTÈS - "L'évasion" (Autoeditado, 2025)


BENJAMIN DANTÈS es de aquellos artistas que habría que colocar cuidadosamente en la estantería más visible de la casa, a poder ser resguardado del polvo, como figura ancestral de porcelana china, tan bella como fràgil. Así es su música, pop de terciopelo, elegante, bien surtido de sensibilidad y honestidad, con especial facilidad para conmover. 

L'évasion (2025) es el segundo álbum del músico francés, del que ya conocíamos nueve de sus once cortes al írnoslos avanzando en forma de singles, pero que escuchándolo en su conjunto sube varios peldaños en el rango de melancólica sugestión marca de la casa.  

"Il restera la mer" abre el disco con la esperanza de que, por muy mal que vayan las cosas en la vida, siempre quedará la belleza como refugio. Piano, sintes y electrónica abrazan la voz para darnos una gustosa bienvenida al trabajo.


Un synth-pop juguetón enmarca "Non non non", canción que pese a la negatividad del título transmite puro buenrollismo. Le sigue "Ne te retourne pas" invitándonos a la liberación, a tirarnos a la piscina, literalmente "sin mirar atrás".  De hecho el sentido del álbum seria este, el de vía escape hacia una existencia más placentera.
 
La arrebatadora "Ce que tu veux" es una de las perlas del disco y de la carrera de BENJAMIN DANTÈS. Emociona con su sentimental naturaleza de la mano de esa preciosista melodía vocal asistida por un vaporoso piano. 
 
Para coger aire nada mejor que irnos de viaje, fórmula clásica donde las haya para evadirse de las penas diarias. Con "Dérive continentale" lo tenemos fácil, sus plácidas notas son perfecta tarjeta de embarque hacia el desahogo.

Unos gruesos sintes nos reciben con las manos abiertas en "Fahrenheit" derivando enseguida hacia sugerentes paisajes que invitan a dejarte llevar, puedes incluso bailarla. 

"Chanson Bleue" y esos intensos acordes de sintes ejerciendo de tiritas para las heridas del corazón. Luego llega el carpe diem disfrazada de partitura "Temps présent". Un vivir aquí y ahora, por ejemplo disfrutando de las composiciones de BENJAMIN DÀNTES.  

Llega otro de los momentos culminantes de L'évasion con la maravillosa "Une vie". Caricia hecha canción, te hará levitar del gusto. Mientras, la cadenciosa "Vendredi 13" nos dejará esperanzados en que el amor al final triunfe.

lunes, 27 de octubre de 2025

ESCUELAS PÍAS - "Ven a morir a casa" (El Genio Equivocado, 2025)


Cristian Bohórquez (sintetizadores, guitarra, bajo y programaciones) y Davis Rodríguez (voz, sintes y programaciones) ya habían coincidido en las espléndidas bandas Sundae y Martes Niebla antes de fusionar sus universos en ESCUELAS PÍAS. Los sevillanos vienen desde 2016 regalándonos singles, EP's y discos, a cual más gustoso, provistos de un enigmático syhnthgaze con fuerte deje pop asomándose al rescate de las sombras.
   
El arrebatador mostruario compositivo expuesto hasta la fecha por el dúo merecía una continuación a la altura. Entonces van y se sacan de la chistera Ven a morir a casa (El Genio Equivocado, 2025), opositando por su estructura, extensión y embrujo, a convertirse en su obra magna, batallando para tal honor con el anterior proyecto conceptual Manual para cuidar plantas articiales (2022).
 
Estamos ante la banda sonora de una película de terror imaginaria fantaseada por Davis y Cristian pero que a la vez se abre a la participación colectiva para que el oyente cree su propia historia con la escucha. El argumento que nos propone la banda se expone con una breve sinopsis insertada en esa especie de bodegón siniestro pintada como portada del disco: <<A lo largo de tres décadas (1982, 1992, 2002), tres personajes se verán asediados, seducidos y aterrorizados por un ente cósmico que se presenta ante ellos para concederles sus más ansiados deseos. ¿Quién es este Dios imperfecto con promesas de la vida que siempre soñaste?>>.


Por delante unos números de impacto: 1 hora y 9 minutos de duración, 21 cortes divididos en 2 partes, con 9 canciones y 12 instrumentales. Que no te abrumen estos datos, el disco pasa en un santiamén, eso sí, requiere de una ligera pausa en medio de la vorágine mundana y de la que tanto mereces aliviarte con placenteras experiencias como esta. Resulta paradógico que para evadirte del esperpéntico panorama actual, mucho más aterrador que cualquier novela de Stephen King, tengas que sumergirte en una BSO de película de miedo, pero así están las cosas.  

"Autobuses circulares" te da la bienvenida al álbum con unos lángidos teclados a modo de frágil calma dispuesta a ser alterada cuando menos te lo esperes, quizás por ese <<algo extraordinario>> que se reitera cerrando su lírica.

El primer tema instrumental lo encontramos en la espacial "Principio y fin", con desmelenadas guitarras colándose por ese synthwave ochentero y un cortante final inyectando desasosiego al ambiente. 

Hay cuatro canciones en concreto que representan a cada uno de los personajes del largometraje. "Niña de videoclub" sería la primera referenciando a La Niña. Un dilatado medio tiempo synthpop con sus 5 minutos y medio que son auténtico caramelo, sobre todo cuando llega el desdoblado estribillo. Todo y con eso ESCUELAS PÍAS no abandonan el halo sombrío que los caracteriza, además estamos en una peli de género, que no se te olvide.

El poderío de "La puerta" te puede pasar por encima con ese engrasado binomio sintes/guitarras reivindicándose como armas de sugestión masiva. Tanto como para abrirte las puertas del "Inferno", uno en el que se entra de la mano de unos brumosos sintes que derivan en pura inquietud a partir del segundo minuto. La aparición de la guitarra parece hacernos recuperar el aliento, será un espejismo.

Llega "Popular", la canción dedicada a otro protagonista, El Adolescente. Momento para volvernos a genuflexionar ante la banda. Instantánea, con una aureola melancólica bien marcada, otra señal de identidad de ESCUELAS PÍAS. Si hay que estar <<condenado a ser popular por una maldición>> nada mejor que bajo el influjo de las notas de esta maravilla pop.

"Feria de los horrores" te traslada en medio de las paraditas de comida, juegos y atracciones sabiendo que, por su evolución decadente y errática, algo malo va a pasar. La puntilla la pone la fantasmal "La, la, la" subiendo un peldaño la incertidumbre ambiental, mitigado en parte por la evolución hacia una electrónica más cadenciosa en su segunda mitad. 

La monumental "Señora", con un bajo muy jefe, es la canción asignada a La Mujer, el tercer personaje. Su esponjoso ritmo invita incluso a un baile sosegado, aunque sea con el susto en el cuerpo.La turbadora lírica va poniendo en situación desde la estrofa inicial: <<Ahogada en la piscina, dulce gravedad. Inerte en esta cárcel de felicidad. Mis hijos me arrancaron las entrañas, dejando solo hueco hacia la oscuridad>>.

El empuje vaporoso de "Noche artificial" funciona como refugio dónde resguardarse del monstruo, mientras que el kraut asfixiante de "Atrapados" delata que no lo hemos conseguido.

La progresiva y ensoñadora "Los lamentos" arranca la segunda parte de Ven a morir a casa alcanzando cotas inusitadas de épica sobrecogedora. La letra engrandece esa sensación desde el primer compás: <<Ven a olvidar, como esta cicatriz no deja de latir. Siempre es un día gris, un episodio en loop de un despertar febril. Susurrarás, qué tienes preparado para mi>>.

A la contundente "This man", con cierta dosis de psicodelia incorporada, hay que darle de comer aparte. Desde luego que iremos a <<vivir a tu habitación>>,  escucharla para entenderlo. Como guinda esa parada rondando su segundo minuto, tan perturbadora como grandiosa.      

"Leyenda negra" es bipolar, primero da canguelo mientras que en su segunda mitad muta hacia las curas paliativas.  

"Cosa-casa" es la canción reservada al Ente que atormenta a los tres restantes integrantes del casting. Dream-pop armonioso con una letra que sigue retozándose entre el pavor: <<Ritos satánicos, huéspedes mesiánicos. Vuelve a casa a descansar, nada te perturbará, nada te perturbará>>. Rematan la atmósfera angustiosa los densos teclados de "Tres décadas".

El melódico pop electrónico de "Ven a morir a casa" actúa como canto de sirena ya que sus amables notas parecen hechas para engatusar al respetable. Buena muestra es la entrada lírica: <<Sígueme, puedes visitarme. Te arrastraré hacia la perdición. Quédate, cerraré con llave. Olvídate de lo que fuiste hoy>>. Una estrofa evolucionando en ligero in crescendo desembocando en estribillo embriagador, todo aderezado por animosa caja de ritmos, sintes centelleantes, electrónica embrujadora, guitarras certeras... ESCUELAS PÍAS marcando músculo de terciopelo.