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lunes, 12 de mayo de 2025

LA PLATA - "Interzona" (Sonido Muchacho, 2025)

 

Diego Escriche (voz y guitarra), Patricia Ferragud (bajo), Salvador Frasquet (guitarra), María Gea (teclados) y Miguel J. Carmona (batería) son "El club de los cinco" particular que forman LA PLATA. Una banda que desde su formación en 2016 viene sobrada de talentosa sugestión post-punk y new-wave con sabor añejo. Ahora además se muestra permeable a sabores post-grunge con derivas electrónicas en su tercer larga duración Interzona (Sonido Muchacho, 2025).

El trabajo más heterógeneo de los valencianos hasta la fecha es también el más reflexivo y metódico en su trama. Una sinuosa travesía de exploración interior que visita diversos estados de ánimo, fortaleciendo emocionalmente. 

Interzona se divide en tres etapas delimitadas por un mismo número de breves piezas instrumentales. Se abre con el himno grunge "Cerca de ti". Diego y María entrelazan sus voces, será recurrente en otros momentos del álbum, inyectando embrujo a un corte todo él cautivador. El break en su ecuador es la gota que colma el vaso de la excelencia.


La melancólica "Mirar atrás" nos acaba de romper los esquemas con su base jungle jugueteando con esas guitarras marca de la casa, mientras un vaporoso teclado ejerce de loctite que fija tal fascinante amalgama sonora. Seguimos bajo el paraguas electrónico en "Ruido blanco" fundiéndose en perversa armonía con la ansiedad reinante: <<Miro al suelo al caminar, si no veo el final. Escondo en silencio un ataque de pánico y finjo entender un caos señalizado>>El que fuera primer single avance finaliza con auto-sample de su antagónica "La vida real".

"Música infinita" sella su hedonismo extremo con ese sample inicial sacado de la Ruta del Bakalao, aquí la terreta tira. Arrebatador corte confirmando, una vez más, que LA PLATA se han convertido en unos genios fusionando ambientes. Puedes bailarla si quieres. Eso sí, la juerga funde-neuronas suele tener consecuencias a corto plazo, se le llama resacón. Se escenifica en forma de primero de los interludios, la inquietante "5am".

"Niebla" solo altera su abatido sosiego con la distorsión guitarrera del estribillo. Unas balsámicas notas al piano parecen querer indicarnos la salida para: <<... marcharnos lejos, lejos de esta oscuridad, lejos, no mirar atrás, lejos, lejos de esta niebla>>.

Un melódico riff de guitarra acústica abre la cara B del vinilo de la mano de la agridulce "La vida real". Un sugerente medio tiempo que actúa a modo de canto de sirena. Engatusa mientras embelesa para llegar al remanso de paz que es el intermedio "Aero".

lunes, 5 de mayo de 2025

MERINA GRIS - "Zuloa" (Sonido Muchacho, 2025)

Sara ZozayaJulen Idigoras y Paskal Intxauspe son MERINA GRIS, banda singular desde la enigmática estética, culminada con máscaras cubriéndose el rostro, hasta una expansiva sonoridad hyperpop tan poco sondeada por estos lares. El trío de Donostia se valen mayormente de su euskera natal para vestir líricamente sus temas, evidenciando que no hay que renunciar a las raices para sonar tan cosmopolitas como los que más.   

En este reciente lustro han ido dando sobradas muestras de su potencial corroborándolo con el lanzamiento de su segundo álbum, Zuloa (Sonido Muchacho, 2025). El título, "agujero" en castellano, será el concepto dual sobre el que gire el trabajo. Puedes desplomarte en uno pero también puede ser por donde liberarte.  

El disco arranca con esta intro ensoñadora que es "Aurpegian". Un respirar hondo para lo que está por venir, como "Nadie cuando lloro" y la primera aparición del "hoyo" en la escucha. El que fuera primer avance del álbum cuenta con la colaboración de Hofe entrelazando su voz con la de Sara, enmarcando esa gruesa electrónica guiada por una marcial base rítmica. Embriagadora, compatible con el baile, sentenciando con el lapidario mantra: <<Muchos cuando río, nadie cuando lloro>>.


Los recovecos de la agridulce "lilili" son pura obra de orfebreria. Y es que las canciones de MERINA GRIS suelen llevar consigo giros inesperados, cambios de ritmo que te dejan ojiplático del gusto. Puedes incluso pasar por diversos estados de ánimo en lo que dura una pista de los vascos y "lilili" es buena muestra de ello. 

La contestataria "Hiru Damatxo", con sus trepidantes beats, denuncia la paulatina pérdida de identidad de ciudades como San Sebastián por la especulación inmobiliaria y la sobreexplotación turística, devorando sin piedad lo autóctono. 

"Lotu Zure Txakurrak" se cimienta sobre un firme tan poderoso como inquietante. Nos asalta una espesa niebla pese a la aparición latente de sus centelleantes sintes, alumbrando mientras hielan la sangre. El asfixiante ocaso coreando el título es la guinda de este arrebatador pastel.

"Mejor" es emotividad al cuadrado, con esa sección de cuerda orquestal abrazando un corte todo el bien jugoso. La única canción del conjunto cantada íntegramente en castellano transmite la desesperada lucha por salir del "foso" omnipresente en este trabajo. Esa paradiña en su ecuador, presentando el cambio de Sara a Julen en la voz para desgañitarse hasta el final, es de oírlo para creerlo. Llegado a este punto sería justo valorar la monumental auto-producción que contiene Zuloa. Cada programación, distorsión, el refinado trabajo con el autotune... todo está en su sitio, bien dispuesto al servicio de tus sentidos.

Hay canciones del disco que podrian opositar al clubbing y la cadenciosa "Origami" seria de las mejor colocadas. Aunque rítmicamente pueda resultar de las más luminosas aquí el fantasma de la soledad encandila a modo de canto de sirena. 

"Triste Dabil Aita" explora la vulnerabilidad de la figura paterna ante la adversidad. El desasosiego parece querer aliviarse con sus vivaces notas en paulatino subidón.