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jueves, 30 de octubre de 2014

¡PENDEJO! + 1886 (Sala BeCool BCN - 23 de octubre de 2014)

Era jueves y teníamos ganas de guerra, así que aparecimos por la sala BeCool de Barcelona para presenciar el directo de los holandeses ¡Pendejo! y de la banda local, 1886. Un concierto organizado por los chicos de Venado Booking que anticiparía el esperado fin de semana.

1886:  Abrió la noche la banda de sant Just Desvern, con algo de retraso, y con una timidez primera acompañada de algún punteo y algún feedback de guitarra que fue rápidamente sustituida al sonar los riffs del primer tema del show, frenético y desconocido para muchos, ya que, la banda, por el momento solo dispone de un EP de tres temas que lleva su mismo nombre. Algo estáticos y con miradas de complicidad continuas, lo que más sorprende sin duda son las sólidas líneas de bajo (Pol Ventura), muralla y base de hormigón,  de notas oscilantes que posibilitan punteos e “impros” guitarreros de Pol Gómez y respaldan la voz, seria, en ocasiones dulce y en ocasiones rasgada y melancólica de Pau Bassedas. Al conjunto, el baterista Marc Fàbregas proporciona el sonido sesentero con buena muestra de platos y ritmos a medio tiempo.


1886

Las melodias y los riffs coherentes y concluyentes son la marca de 1886, pero su capacidad de improvisación fue demostrada con creces cuando, ante lo que pareció ser la muerte del “ampli” de guitarra de Pau y mientras el personal técnico de la sala se implicaba para solucionarlo (solventado finalmente gracias a que Jaap Melman, guitarra de ¡Pendejo!, se ofreció a dejar que usara el suyo) se marcaron una jam mostrando la gama de melodias, punteos, wah’s y procesadores de espacio que sin duda los lectores no se deben perder la próxima vez que 1886 pise los escenarios. Una actuación que se antojó corta y mutilada, debido a los problemas técnicos. Pero, ¡claro!, hay que asumir que en los directos, la complejidad sonora es, hoy en día, creciente, e intervienen infinidad de factores, y en cualquier momento un amplificador, un pedal, un instrumento nos puede dejar tirados. Si no queréis problemas técnicos, ¡iros a ver dj’s! (con todos los respetos, pero es así. Y aún así…) 


¡Pendejo!

¡Pendejo!: Un chorro monolítico desde el primer momento. Estéticamente amurallados y atrincherados bajo los golpes precisos del baterista (Jos ‘Pepellín’ Roosen), que golpea como si no le importase su propia resistencia del tímpano a la presión sonora. Curvando su propio físico para disparar las ondas desde la guitarra (bueno, desde el ampli…) al público o sus compañeros, Jaap Melman y Stef ‘El Rojo’ Gubbels ofrecen ese sonido brutal de guitarra y bajo respectivamente, arrastrando sus dedos desde la altura hasta lo más grave que los acordes al aire pueden provocar.

Abrieron con “¡DOS!”, octavo track de su último y segundo trabajo hasta la fecha, Atacames, seguido de “Flotadores”, “Amor y pereza” (del que, si visitamos su página web, podremos ver el video clip correspondiente), “Nadadoras”, “El verano del 96” (6 6!!!) y así llegando a temas como "La vagancia" volviendo loco (o más bien lobo) al público y “Arrecho Vengo”, que fue expresamente demandado por los asistentes. “Es un tema que nunca tocamos, no sabemos como va” dijo Jaap de broma, que momentos después acabaría bajando del escenario empuñando la guitarra a 90º para hacer mosh con la peña mientras seguía tocando. Tampoco faltó “El Taxista Limeño”, que narra una experiencia propia y peculiar vivida por El Pastuso.

La multi-instrumentalidad está presente: además de la trompeta de El Pastuso y los efectos que la transforman. Para los que no los conozcan, que no se engañen: lo que a veces puedan parecer solos o feedbacks de guitarra, son, en realidad, melodias de trompeta con wah's y procesados. Aunque otras veces conserva esa trágica tonalidad cargada además de reverb, como si El Pastuso estuviera tocando por las calles vacías instrumento en mano, en una especie de toque de queda musical. Ademas, en ciertas ocasiones pudimos apreciar como Jos toca el cencerro con un pedal extra en los pies. Dificultad añadida, debido a que es complicado golpear algo que esperas que suene como un bombo en uno de tus pies, you know? Humor ácido, sexista y cargado de simbología propia pero fácilmente transmitible, ya que ¡Pendejo! remite continuamente a aspectos básicos y animales de la humanidad en sus letras.

Hipercriticidad, cierto carácter osmático y cachondeo a tope provoca que ¡Pendejo!, culturalmente receptivos y transmisores a la vez, se hagan con el público, que aunque en esta ocasión fue menos del esperado, hay que decir que se lo pasó de muerte.



Redactor: Toni Hidalgo
Fotografía: Sílvia Servat

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