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lunes, 10 de marzo de 2014

MAMONT + SATURNA (BCN - 28 de febrero del 2014)

El pasado 28 de febrero tuvimos la oportunidad de gozar de otro bolazo en la Sala Rocksound de Barcelona organizado por Red Sun. Desde Suecia nos visitaron los jovencíssimos Mamont y en la redacción no quisimos perdernos su directo porque sabíamos que seria muy interesante; y no, no nos equivocamos.

Saturna
Para caldear el ambiente disfrutamos del hard-rock de aires setenteros de los locales Saturna y conocimos a Jimmy, el nuevo vocalista y front-man de la banda. Reconozco que no habíamos visto nunca a Saturna en directo pero las expectativas fueron más que superadas. “Course of the moon” de su segundo LP Ignis fue el tema que abrió el show, un tema claro-oscuro con momentos mesiánicos y riffs contundentes en el que vimos el potencial de la banda y del nuevo vocalista, Jimmy, del que nos gustó especialmente su actitud en el escenario y su voz llena de matices y registros que nos recordó a Jay Buchanan de Rival Sons.


El quinteto barcelonés formado por Rod al bajo, Henry y Aureli a la guitarra, Enric a la batería y Jimmy a la voz, creó tal sintonia con el público que la conexión con los asistentes fue inmediata. Podemos decir que Saturna es una banda que se ensambla a la perfección y que sabe transportarte muy bien de un lado al otro, de la calmada introspección a la agitación del headbanding. Y es que estos chicos saben muy bien lo que se hacen, consiguen captar toda tu atención – y parar el disparador de la cámara por unos momentos – para que los percibas con los cinco sentidos. 

De su actuación destacamos sus melodías y estructuras con toques a lo Alice in Chains y Black Sabbath, como el riff de “Cosmic Light” y las estrofas largas previas a la entrada de la voz, la variedad de matices de todos los músicos, así como la capacidad de crear momentos como el a capella del “Beside a Dying Star”, un lamento en mitad del repertorio. 

Su actuación fue un éxito y lo pudimos corroborar por los gritos de protesta del público al oír que iban acabando “ooootra, ooootra, vengaaa” sumado a unos aplausos efusivos. La actuación terminó y dieron paso al cuarteto escandinavo, Mamont.

Mamont
La carga pesada setentera electrificó desde el primer acorde, largo e introductorio, junto a la precisión y contundencia de la batería presagiando un bolo de aquellos que sales con una sonrisa de oreja a oreja y del cual puedes decir... “yo estuve allí”. La formación compuesta por Karl Adolfsson (voz y guitarra), Jonathan Wårdsäter (guitarra solista), Victor Wårdsäter (bajo) y Jimmy Karlsson (batería) abrieron el show con “Mammuten”, un temazo que podemos encontrar en su Passing through the mastery door y que imita a la perfección el caminar de un paquidermo y su entorno.

Siguiendo el orden del LP ejecutaron “Jag Sår Ett Frö” en el que el wah-wah se lució especialmente arropado con el delay, el complemento perfecto para los dedos de Jonathan. A Karl, el vocalista de la banda, se le veía muy cómodo, como en su salsa y anunciaba los temas con misticismos, pero quizás con pausas demasiado largas. “Creatures” o “Stonehill Universe” fueron temas que acabaron de desatar el desenfreno del público y en el que el último, uno de los asistentes al reconocer los primeros acordes, no dudó en apoyar un pié en el bajo del escenario de la sala para impulsarse con las manos sobre el público, se lanzó cuando empezó la batería.

"Blind Man (part II)" del Mamont EP fue el tema en el que Jonathan tubo un incidente con la guitarra, si bien no sabemos concretamente que sucedió, lo que presenciamos fue que Karl tuvo que hacer tiempo divagando sobre el siguiente tema hasta que el guitarrista apareció con una de las guitarras de Saturna  – We have a new weapon! – dijo el front-man.

El show siguió y continuamos alucinando con los solos de guitarra de cada tema, los riffs pesados, las reminiscencias folk suecas, los pasajes psicodélicos y la energía y potencia de la banda sobre el escenario, así como su puesta en escena. Mamont ofrece siempre un momento dedicado en cada uno de sus temas e invita a escucharles atentamente y sin prisas. 

El viaje de Mamont nos sacudió desde dentro y desde fuera, su música nos invitó a entrar, a ver con sus ojos los paisajes y los kilómetros recorridos. Con “Satans Fasoner” concluyeron la actuación, una actuación sin bises pero con una cálida despedida y feedback por parte de los asistentes, y la sonrisa, la sonrisa estuvo allí. 


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